La carta acababa así: «El futuro de Sálvame no lo escribirán los haters, ni los críticos que escriben sobre mi programa antes de verlo. El futuro de Sálvame lo escribe el público. ¿Que se enfadan con nosotros? Yo también me enfado con mi madre muchas veces. Algunas veces la quiero con locura y otras veces la mataría. Para mí eso es Sálvame».