Para aquella época, los equipos, tanto visitante como loca, dividían los número del 1 al 11 y del 12 al 22. La función principal de numerar las camisetas era que los espectadores pudieran conocer a cada jugador que disputaba el partido. “La mayoría de acuerdos entre fabricantes y clubs de fútbol se basan en que estos últimos reciben solo entre el 10 y el 20% de los ingresos generados por la venta de camisetas.