Las personas que son capaces de hacer de la extravagancia su seña de identidad se caracterizan por no dejar a nadie indiferente, por ser valientes y, por supuesto, por haber convertido su armario en su mejor arma de expresión. Botero estuvo vinculado con Atlético Nacional hasta 1983 cuando llegó Antonio Roldán Betancur, quién hizo un cambio estructural que buscaba seguir fortaleciendo las divisiones inferiores.