Entonces, al llegar del partido con sus camisetas y su balón firmados, el pequeño sufrió la persecución de los talibanes en su pueblo natal, quienes pensaron que el futbolista le había dado una importante suma de dinero. Costa no ha hecho más que responder al seleccionador y al equipo que le ha dado más confianza, mientras el propio seleccionador de su país le ha ninguneado y ha pasado de él como si no existiera (además de en la Copa Confederaciones, que ya ha invalidaba a España para convocarle, hace apenas 3 semanas hubo amistosos, y el Felipao este como el que oye lloover……).